Algunos titulares de periódicos, en estos días, hablan de "la inflación ausente" o "un mundo sin inflación". Las razones para ello son que, efectivamente, parece que este problema económico no está presente, a fecha de hoy, ni en países desarrollados ni en los emergentes. Entonces, la pregunta es: ¿por qué existe tanto pánico desde el BCE (Banco Central Europeo) a la bajada de tipos, así como a la aplicación de otras medidas de política monetaria expansiva?. ¿Por qué no estimular más la inversión desde esta perspectiva?. ¿Por qué tanto miedo a una posible inflación cuando los datos hablan más bien de una posible deflación (= descenso continuado de los precios durante dos semestres consecutivos, según el FMI?.
Si la inyección de liquidez sin precedentes de los bancos centrales como respuesta a la gravedad de la crisis provocó, inicialmente, el temor a la hiperinflación, ahora la principal amenaza parece justo la contraria. En la mente de muchos expertos se dibuja el modelo de Japón, donde las autoridades llevan dos décadas luchando infructuosamente contra la deflación y la economía se encuentra atrapada en una trampa de liquidez. ¿Qué va a pasar?. Probablemente nadie lo sabe, pero lo cierto es que cada vez son más las voces que hablan de que el BCE debería centrarse, como lo está haciendo la Reserva Federal estadounidense, en reducir de forma prioritaria y urgente el elevado desempleo de la Eurozona.
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Publicado por Ramón Ramos Peña para ECOMON el 5/26/2013 01:27:00 p.m.
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